La luz que no tiene noche

Tras el Encuentro Europeo de Jóvenes vivido durante el verano de 2015 en Ávila, donde
pudimos descubrir la vida y obra de Santa Teresa de Jesús, esta vigilia que ahora se propone
quiere ser un eco de aquella experiencia, así como un acercamiento a las diócesis españolas de
la vida de la Santa, para que los jóvenes encuentren un aliento para continuar viviendo con
intensidad la presencia del Señor.

ESTRUCTURA DE LA VIGILIA
La vigilia está pensada para durar alrededor de 1:30h aproximadamente. Deberá buscarse un
lugar acogedor y cálido para realizar la vigilia. En caso de ser una iglesia, sería interesante
poder tener en cuenta la luz del templo para que sea una luz cálida que invite al recogimiento.
La vigilia se divide en varios apartados y pretende ser un recorrido, un camino, en referencia al
proceso de crecimiento y maduración que el joven vive en su etapa y cómo en ese crecimiento
debe situar a Cristo en el centro.

  1. A las puertas de mi castillo
    El joven se sitúa frente a su propia vida para contemplarla, para observarla y para
    analizarla.
  2. Descubriendo mis moradas
    Analizarnos nos hace recorrer todos los rincones interiores, los sueños más profundos,
    los anhelos nunca alcanzados, las oscuridades internas, las esperanzas generadas…
  3. El centro de mi castillo: Cristo
    A imagen y semejanza del creador, llego al centro del castillo, de mi castillo para
    descubrir quién habita en él.
  4. La luz que no tiene noche
    Y desde el centro del castillo, mi castillo, Él irradia su resplandor para iluminar todas
    mis moradas y ser reflejo de la luz que no tiene noche.

DESARROLLO DE LA VIGILIA
(La luz será tenue y cálida. Mientras los jóvenes entran a la iglesia o lugar de celebración,
debería sonar música de fondo que inspire tranquilidad. A su vez, a la entrada se les repartirá el
cancionero-guión de la vigilia y un espejo pequeño. Al comenzar la vigilia, los jóvenes estarán
sentados en la Iglesia.)

Post-jornada Encuentro Europeo de Jóvenes Ávila 2
LECTOR. El Encuentro Europeo de Jóvenes nos reunió el pasado verano en Ávila para festejar
juntos el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Fue una experiencia
inolvidable donde todos descubrimos que somos “amigos fuertes de Dios”. Hoy nos hemos
reunido en oración para vivir un viaje inesperado al centro del corazón. Necesitamos dar un
paso más en nuestra relación de amistad con el Señor, para iluminar nuestras vidas a través de
Él. Dispongamos nuestro corazón y nuestro espíritu para embarcarnos en este sencillo viaje en
oración. Cabe indicar que durante toda la Vigilia habrá sacerdotes disponibles para ofrecer el
Sacramento del Perdón.

  1. A las puertas de mi castillo
    El joven se sitúa frente a su propia vida para contemplarla, para observarla y
    analizarla.

Canto.

CELEBRANTE. En el nombre del Padre… Nos hemos reunido hoy aquí para orar juntos en esta
noche única. Preparemos nuestros corazones y estemos dispuestos a descubrirnos ante el
Señor.

LECTOR. El viaje es largo, pero ya estamos preparados, reunidos, unidos. ¿Sabes dónde
vamos? Mira en el espejo y descubrirás el lugar que vamos a visitar esta noche. Mírate,
obsérvate, contémplate… (Unos segundos de silencio) Hemos llegado a las puertas del castillo,
es decir, tú. Un castillo grande de cristal, frágil, joven y débil. ¿Estás dispuesto a entrar en él?
¿Estarás dispuesto a visitar tus rincones más profundos? Aunque a simple vista parece un
castillo con gruesos muros, altas torres y toscas puertas, solo tú tienes la llave que puede abrir
tu castillo interior. ¿Estás seguro de querer entrar? Recemos juntos.
Aguardemos unos segundos en silencio… (Mientras se está en silencio el lector lee
pausadamente estas preguntas)
¿A quién vas a visitar?
¿Quién es el joven que se refleja en el espejo?
¿Cómo es?
A simple vista ¿qué defectos y qué virtudes tiene?
¿Qué escondes entre tus muros?
Míralo, mírate.
Silencio.

Canto.

Post-jornada Encuentro Europeo de Jóvenes Ávila 3
Lectura del Evangelio: Mateo 7, 7-14
Pedid y os darán, buscad y encontraréis, llamad y os abrirán, pues quien pide recibe, quien
busca encuentra, a quien llama se le abre. ¿Quién de vosotros, si su hijo le pide pan, le da una
piedra?¿O si le pide pescado, le da una culebra? Pues si vosotros, con lo malos que sois, sabéis
dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más dará vuestro Padre del cielo cosas buenas a los
que se las pidan! Tratad a los demás como queréis que os traten a vosotros. En esto consiste la
ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha; porque es ancha la puerta y espacioso el
camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella.¡Qué estrecha es la
puerta!, ¡qué angosto el camino que lleva a la vida!, y son pocos los que dan con ella.
Palabra de Dios

  1. Descubriendo mis moradas
    Analizarnos nos hace recorrer todos los rincones interiores, los sueños más
    profundos, los anhelos nunca alcanzados, las oscuridades internas, las
    esperanzas generadas…

(Se aconseja leer el siguiente texto a la par que se reproducen las imágenes en el powerpoint,
dejando momentos de silencio ya que vamos a invitar a los jóvenes a recorrer, desde una visión
juvenil, las moradas del castillo interior. La lectura y los momentos de oración pueden
acompañarse de canciones instrumentales de fondo.)

LECTOR 1. Por la oración hemos entrado en nuestro castillo interior, dispuestos a recorrerlo sin
miedo, visitando todos los rincones y habitaciones que en él se encuentran. Hemos dejado
afuera el engaño, las mentiras, las apariencias, las modas, los honores y privilegios, las
comodidades de nuestro mundo, tú mundo. ¿Qué es todo eso que has dejado fuera? ¿Qué es
aquello que te pesa y que no te permite amar? (Dejar un momento de silencio tras escuchar el
texto. Proyección de fotos sobre aspectos que se han dejado afuera del castillo: drogas, sexo, la
irresponsabilidad, las palabrotas, las malas conductas…)

LECTOR 2.Avanzando por nuestro castillo, en la segunda estancia. Tal vez, como sucede en
nuestras vidas, aquello que queremos dejar atrás, vuelve a nuestras vidas de forma tentadora.
Necesitamos ser perseverantes para no volver a caer en la tentación del pecado y de aquellas
cosas que hemos dejado atrás, afuera de nuestro castillo interior. Tranquilo, para ser
perseverante hay que ser constante, si caes, Dios te ayudará de nuevo a levantarte y con su
misericordia te tenderá la mano para continuar avanzando y no desfallecer. ¿Cuántas veces
tropiezas con la misma piedra? ¿Te cuesta deshacerte de aquello que te perjudica? ¿Tal vez
porque lo intentas con tus fuerzas y no con las de Dios? (Dejar un momento de silencio tras
escuchar el texto. Mientras se lee este párrafo se proyectarán fotos de una cima alta y costosa,
de caminos con grandes piedras y de manos que ayudan a recorrer un camino.)

Post-jornada Encuentro Europeo de Jóvenes Ávila 4
LECTOR 3.Continuamos en nuestro camino interior. En la tercera morada, quiero hablarte de la
entrega que realizas por los demás. Del amor y el servicio a Dios que realizas en tu comunidad
parroquial, en tu movimiento, con tus amigos, con los necesitados… Está muy bien ayudar a los
demás, amar al prójimo, entregarse por él… pero si lo haces, que sea a tu manera, sin
exigencias, sin compromisos, sin responsabilidades, a tu aire, ¿verdad? ¿Cuántas veces, ante
las exigencias del compromiso, pones tus condiciones? ¿Qué tipo de cláusulas exiges en el
contrato para amar a Dios, para entregarte? ¿Eres de los que lo exigen todo? ‘Señor, tu sabes
que te quiero, pero eres muy exigente conmigo, mis amigos no hacen ni la mitad, y aquí me
tienes bregando toda la tarde… ¿y para qué?’ ¿Cómo te entregas a los demás? ¿Cómo te
entregas al mandato del Amor de Dios? ¿Con cláusulas? ¿Con condiciones? ¿Sin medidas? Te
quiero y me entrego a tu voluntad, pero en lo que a mí me apetezca, ¿es así como lo haces?
(Dejar un momento de silencio tras escuchar el texto. Mientras se lee este párrafo se
proyectarán fotos de jóvenes voluntarios…)
LECTOR 4. Es verdad. Servir y entregarse a los demás es costoso. En nuestra cuarta morada
quiero darte la razón en esto. Eres de los pocos que se implica en la parroquia, de los pocos
que intenta ser fiel a los preceptos del Señor, de los pocos que se entregan sin medidas, de los
que ha preferido venir a rezar antes que salir de fiesta… Y las cosas no salen como esperas, tu
alrededor no acompaña, incluso en muchas ocasiones te pone la zancadilla para que no
puedas avanzar… Te esfuerzas en sacar agua del pozo para poder beber. Pero el pozo es muy
profundo y costoso, el agua es inalcanzable. No vale la pena continuar trabajando. Estás
cansado. Lo quieres dejar. Pero en ese instante, en que tus fuerzas flaquean, no te das cuenta
de que el agua que tanto necesitas para calmar tu sed, está cayendo en forma de lluvia. Tus
fuerzas son necesarias para preparar, mientras que la fuerza de Dios es capaz de todo, y en el
momento de debilidad, te hará más fuerte y te ayudará a salir adelante. ¡Piénsalo! El amor, la
fuerza, la voluntad que brota de ti para ayudar a los demás, al prójimo, no nace de ti, sino
desde el corazón de Dios. ¿Cuántas veces te has sentido solo haciendo lo que haces? ¿Cuántas
veces has visto tus fuerzas flaquear? ¿En tu debilidad, quién te hace fuerte? (Dejar un
momento de silencio tras escuchar el texto. Mientras se lee este párrafo se proyectarán fotos
de jóvenes cansados, solos, tristes…)
LECTOR 5. Yo solo no puedo, Señor. En ti confío, en tus brazos me sostengo y junto a tus pies
caminamos por el camino que Tú me marques. Me doy cuenta de que en muchas ocasiones
caigo de nuevo en la tentación, de que mis fuerzas flaquean y mi entrega hacia ti es débil e
inestable. En mi debilidad Señor, Tú me haces fuerte. Quiero vivir una completa metamorfosis
en estas últimas moradas. Quiero ser igual que la crisálida que Santa Teresa describió. Trabajar
personalmente para que Tú me transformes completamente, para ser a tu imagen y
semejanza. Te reconozco como un amigo, como parte de mí, pues sin ti no soy nada. Tu
corazón da sentido a mi corazón y no me gustaría separarme de ti. Señor, tú das razón de ser a
mi existencia, pues cuando más te conozco, más quiero ser como Tú. Pero en muchas
ocasiones es tan difícil depositar mi vida en ti… ¿Por qué no confío plena y ciegamente en ti?
¿Por qué tengo que dudar de ti? (Dejar un momento de silencio tras escuchar el texto.
Mientras se lee este párrafo se proyectarán fotos de jóvenes caminado en un camino
acompañados de otras personas…)

Post-jornada Encuentro Europeo de Jóvenes Ávila 5

  1. El centro de mi castillo: Cristo
    A imagen y semejanza del creador, llego al centro del castillo, de mi castillo
    para descubrir quién habita en él.

Canto. En mi debilidad me haces fuerte.

(Entrada del Santísimo Sacramento para realizar la Exposición. Una vez se expone y se inciensa
el altar se dejan unos minutos de silencio y de adoración personal.)

LECTOR.(Tras un tiempo de adoración)¡Por fin hemos llegado al centro de nuevo viaje, al
centro de nuestro castillo interior y ahí estás Tú! En el centro de nuestras vidas, acampado
entre nosotros, para irradiar tu luz, pues Tú eres la luz que no tiene noche. Señor en esta
noche de vigilia queremos pedirte que seas nuestro faro, que desde el interior de nuestras
vidas, de nuestros castillos interiores, ilumines nuestras vidas y nos orientes en nuestra misión,
para que en nuestra oscuridad, continúes encendiendo la llama de tu amor Señor. Por eso
juntos te rezamos a dos coros.

(Una vez se rece el salmo a dos coros, sería interesante pasar un micro inalámbrico, si es
posible, para que los asistentes puedan hacer resonancias de alguna parte del salmo que les
haya llamado la atención, o les haya gustado a modo de ecos. Todo en un clima de oración y de
silencio.)

Salmo 85
En nuestra oscuridad, enciende la llama
de tu amor Señor, de tu amor Señor (bis)

¡Confío en ti!
Mi corazón es pobre, Señor,
yo me siento de barro;
soy como arcilla abandonada
que espera las manos del alfarero.
Pon tus manos, Señor, tu corazón, en mi miseria,
y llena el fondo de mi vida de tu misericordia.
Protege mi vida. Sálvame. Confío en ti.
En nuestra oscuridad, enciende la llama
de tu amor Señor, de tu amor Señor (bis)

Quisiera decirte lo que eres para mí:
Tú eres mi Dios, tú eres mi Padre,
tú me quieres.
Te estoy llamando todo el día.
Concede alegría a quien quiere ser tu amigo,
que mi confianza la he puesto en ti.
En nuestra oscuridad, enciende la llama
de tu amor Señor, de tu amor Señor (bis)
Yo sé que tú eres bueno y me perdonas.
Sé que eres misericordioso con quien abre su
corazón a tu amor y lealtad.
Escúchame. Atiéndeme. Te llamo.
Yo vengo a estar contigo y a quedarme junto a ti.

Post-jornada Encuentro Europeo de Jóvenes Ávila 6

Me callo ante tu presencia,
porque tú conoces lo íntimo de mi vida.
En nuestra oscuridad, enciende la llama
de tu amor Señor, de tu amor Señor (bis)
Aquí estoy, Señor, con mi corazón como es:
que no oculte nada a tus ojos abiertos.
Aquí estoy como arcilla fresca esperando ser
modelada por tus manos misericordiosas.
Tú eres grande. Tú haces maravillas. Tú, el único

Dios.

En nuestra oscuridad, enciende la llama
de tu amor Señor, de tu amor Señor (bis)
Enséñame, Señor, tu camino y que mis pasos
sigan tus huellas con fidelidad.
Que mi corazón, sin dividirse, sea todo tuyo.
Te doy gracias de todo corazón, Señor, Dios mío,
te diré siempre que tú eres amigo fiel.
En nuestra oscuridad, enciende la llama
de tu amor Señor, de tu amor Señor (bis)

Reflexión
(El celebrante puede dar unas palabras de forma que en el clima de silencio y oración ayude a
los jóvenes a repasar el camino realizado por las moradas y dé sentido a que el centro de todos
y de todo es Cristo.Una vez finalizada la reflexión nos invitará a rezar juntos la oración que es
centro de nuestras vidas: el Padre Nuestro.)

Padre Nuestro

  1. La luz que no tiene noche
    Y desde el centro del castillo, mi castillo, Él irradia su resplandor para
    iluminar todas mis moradas y ser reflejo de la luz que no tiene noche.

CELEBRANTE. El Señor que sabe lo que guardamos cada uno de nosotros en las profundidades
de nuestro corazón, puesto que allí depositamos nuestros anhelos y esperanzas, acoge
nuestras necesidades para ayudarnos a superarlas e iluminarlas con su presencia. Pidámosle
juntos en esta noche de oración.

(Los jóvenes pueden leer estas peticiones o proponer también aquellas que consideren.)

  1. Por los jóvenes de nuestras diócesis, para que continuemos sin desfallecer
    por el camino que Tú nos marques guiados por tu luz. Roguemos al Señor.
  2. Por los jóvenes de nuestras diócesis con problemas de salud,
    desempleados, desamparados… para que los guíes en medio de la noche oscura y
    puedan contigo alcanzar su felicidad. Roguemos al Señor.

Post-jornada Encuentro Europeo de Jóvenes Ávila 7

  1. Por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, para que tú, Señor,
    continúes llamando a obreros jóvenes a tu viña, dispuestos a entregarse
    completamente por ti. Roguemos al Señor.
  2. Por las parejas de novios y los matrimonios cristianos jóvenes, para que
    sean fermento de una sociedad que necesita modelos de vida cristiana y coherente,
    para que en medio de ellos te hagas presente para reinar el Amor. Roguemos al Señor.
  3. Por los cristianos perseguidos en el mundo, para que su rostro sea el de la
    misericordia ante aquellos que quieren hacerles daño y puedan encontrar la paz y la
    felicidad en sus familias. Roguemos al Señor.
  4. Por nuestro obispo ___ y por el Papa Francisco, para que les
    ayudes a coordinar y dirigir nuestra Iglesia desde el servicio y entrega a todos, como
    verdaderos pastores implicados con su rebaño y entregados a su comunidad.
    Roguemos al Señor.

CELEBRANTE. Señor acoge todas estas súplicas y aquellas que tenemos guardadas en el fondo
de nuestros corazones para que intercedas en ellas y veles por nosotros, por Jesucristo
Nuestro Señor.

LECTOR. El Señor, presente esta noche, viene a iluminarnos, a sanarnos, a alentarnos para ir
sin miedo a servir. Pues como dijo el Papa Francisco, “el que no vive para servir, no sirve para
vivir”. El Señor, presente en la eucaristía, irradia luz y fuerza a todas nuestras moradas para
que confiemos en él, pues en él, todo se puede. Seamos reflejo de su luz, pues Él, como dice
Santa Teresa de Jesús, es la luz que no tiene noche. Pongámonos de rodillas para recibir la
bendición.
(El celebrante bendecirá a los asistentes con el Santísimo. Finalizada la bendición se retirará al
Santísimo Sacramento.)

PALABRAS DESPEDIDA CELEBRANTE
Canto final. Vuestra soy para vos nací.

MATERIALES

  • Espejos
  • Guión con los cantos y la oración
  • Pantalla
  • Proyector
  • Powerpoint imágenes-moradas

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